18 nov 2008

Serengeti

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7 de Julio, hoy cumple 15 años Miguel

En 1913 el cazador americano Steward Edward White, escribio: "Estuvimos caminando millas y millas por tierra reseca... entonces vi unos árboles verdes junto a un río, caminé dos millas más y me encontré en el paraíso". Acababa de encontrar el Serengeti, tierra de pasto de los masai durante milenios.
















El Serengeti cubre 30000 km2, y comprende el Parque Nacional del Serengeti, el Area de Conservación del Ngorongoro, la Reserva de Juego Maswa, el Loliondo, y las areas controladas de Grumeti y Ikorongo, además de la Reserva Nacional de Masai Mara en Kenia.
Ecosistema único en el mundo y uno de los más antiguios de la tierra con vegetación, fauna y clima que no ha cambiado durante millones de años.






Bueno, dicho esto que es una compilación reducida al máximo de la esencia del Serengeti os comentaré mi impresión:
En Serengeti vi grandes extensiones naturales de belleza sobrecogedora, pocos coches y suficientes animales en entornos poco agobiantes, en ocasiones en plena acción de caza. Aderezado con una inestimable libertad de horizontes y gran intimidad personal para observar la naturaleza.
El contexto para mí es muy importante, y el hecho de poder ver muchos de estos animales siendo los únicos muchas veces que los observábamos me parecía extraordinario.
Por otra parte, se echa de menos en Serengeti a primeros de julio, las grandes manadas de ñus y cebras que ya han emigrado a Masai Mara. Pero para eso está Ngorongoro donde estos últimos herbívoros son perennes.
Dejamos atrás Moshi y también el Kilimanjaro, y aunque no dejaríamos de verlo en la distancia, nunca llegaríamos a estar tan cerca de esta maravillosa montaña.
Después de una hora y 40 minutos llegamos a la oficina de Bobby Tours en Arusha. Mientras preparaban el coche que nos llevaría al aeropuerto teníamos una hora y media para realizar algunas compras y tomar algo en esta localidad con increíbles vistas al monte Meru.

CUMPLEAÑOS DE MIGUEL

Como nuestro avión no salía hasta las tres de la tarde, aprovechamos para tomarnos un almuerzo potente en un precioso café-restaurante de agradable decoración en madera.
Allí nos tomamos unos buenos huevos fritos algunos, otros hamburguesa de la casa, unos colacaos y por supuesto un esplendido café de Tanzania.
Para terminar celebramos el cumpleaños de Miguel, que ese día cumplía 15 años. En muchas ocasiones nos ha tocado celebrar los cumpleaños de Miguel en los lugares más insólitos.
El camarero nos dio una gruesa vela de candelabro que Miguel soplo entre risas y cánticos de cumpleaños feliz. Después hubo que encenderla un par de veces más para Hugo.












En Arusha hay dos aeropuertos, el Internacional de Kilimanjaro, sobre todo para vuelos internacionales o de mayor envergadura, y el Aeropuerto de Arusha mucho más pequeño y para vuelos domésticos. En este último tomaríamos una avioneta hasta el Parque Nacional de Serengeti, donde empezaría nuestro safari.
Nosotros habíamos tomado aviones de todo tipo, alguno relativamente pequeño, pero nunca habíamos montado en avioneta, grande, pero avioneta.
Durante la espera vimos que en este aeropuerto el 95% de lo que despegaba eran avionetas grandes o pequeñas, luego también unos aviones medianos que volaban a Zanzíbar, en uno de estos últimos volaríamos a la isla 7 días después.
Los vuelos que hicimos en Tanzania, los hicimos siempre con Precision Air, una agencia Tanzana con muy buenos precios.
El aeropuerto era minúsculo, con construcciones de una sola planta, el 80% estaba ocupado por tiendas y un restaurante de aspecto rural, en total habría un centenar de turistas. A pesar de no ser un aeropuerto típico, era un lugar agradable donde esperar con sus terracitas al sol a pie de una pequeña pista.
A la hora de facturar no tuvimos ningún problema, ya que habíamos dejado las mochilas de escalada, dos pequeñas y una maleta grande en la oficina de Bobby Tours, estas las llevaríamos más adelante a Zanzíbar y esperábamos que tal volumen de equipaje no nos diera prolemas.


Cuando llegó el momento, nos dirigimos a la avioneta andando por la pista del aeropuerto hasta el avión, en total unos 12 pasajeros. Los niños bastante acostumbrados a estos menesteres estaban excitados por la novedad de la avioneta.
A lo relativamente pequeño del aparato había que añadir que la cabina del conductor era pequeñísima y abierta, por lo que todos los controles y movimientos del piloto estaban a la vista.














Despegamos enseguida sin apenas espera, y en este vuelo pudimos sentir la fuerza de la naturaleza de lo que nos esperaba.
A relativamente poca altura,
el paisaje más increíblemente bello se mostraba ante nosotros, interminablemente verde, valles, montañas , cráteres, pequeños y minúsculos poblados masais con sus chozas en circulo, una hora y treinta minutos de vuelo extasiados ante tanto esplendor.
No pude evitar hacer alguna foto de aquellos paisajes tan fabulosos.



Cuando el avión empezó a bajar, pudimos ver antes de aterrizar nuestro lodge: el Seronera Wildlife Lodge.
El avión aterrizó en una pista de tierra roja. Nada más bajar de la avioneta nos fue a recibir Lodgardo, nuestro guía de habla hispana, y Salín, nuestro conductor experto en animalesAunque nos habíamos manejado sin guías de habla hispana en Tanzania, habíamos contratado a este tanzano que hablaba perfectamente español, para que no se nos escapara ningún detalle del safari (animales, flora, ecosistemas) a ninguno de la familia.
Nada más llegar nos saludaron y colocaron nuestras maletas en el todoterreno, que sería nuestro transporte durante 7 días atravesando el norte de Tanzania.

Antes de dirigirnos al hotel realizamos nuestro primer recorrido de 2:30 horas por el increíble Parque Nacional del Serengeti.
El todoterreno se interno por pistas de tierra que atravesaban la extensa sabana del Serengeti, de vez en cuando nos cruzábamos con algún todoterreno, pero apenas había coches. Pensábamos que este primer día estaría prácticamente perdido por llegar al Parque a las 4:30 de la tarde, pero resulto del todo glorioso. A los cinco minutos de empezar la marcha pudimos contemplar perfectamente a nuestra izquierda un hermoso ejemplar de guepardo, la verdad es que al principio casi no se le veía, si no fuera por el ojo entrenado de Salín, nuestro conductor, capaz de distinguir púas de cuerpo espín en un camino de tierra circulando a 40 Km por hora.
Cuando paro el coche suavemente, Salín y Lodgardo miraban hacia la izquierda hablando en susurros, nosotros íbamos en ese momento asomados por la parte de arriba del todoterreno que llevaba el techo descubierto para esos menesteres, inmediatamente los cinco giramos la cabeza para ese lado y vimos el esplendido ejemplar. Iba andando sigilosamente hacia las gacelas Thonson que estaban muy lejos. Los niños se quedaron con la boca abierta. Después de varios días uno se “acostumbra” a esto, pero ese primer momento fue mágico con el sol bajo y el guepardo tenso esplendoroso con la sabana entera para él.
Marga y yo dudábamos en mirar al guepardo o a los niños, puesto que las expresiones de estos nos fascinaban igualmente. Miguel y Pablo “estatuados” totalmente y Hugo con la boca abierta absorto en los andares del felino.
Un poco más tarde Pablo grito que había visto una cabeza entra la hierba alta y seca, Salín paró automáticamente y después de un primer momento de no ver nada, aparecierón varias cabecitas, resultó ser una familia de numerosos leones, bueno en este caso eran varias leonas adultas y otros tantos cachorros de diferentes edades. Salín se interno con el coche entre las hierbas altas y pudimos ver a la familia entera a nuestro lado. Hugo decía que los leones pequeñitos tenían muchas mamás y ningún papá.
Este momento lo disfrutamos solo nosotros ya que en ese momento, ya tarde, no había apenas coches en las pistas. Aun así más adelante nos cruzamos con otro todoterreno que también llevaba una familia con niños y Salín les dijo donde se encontraban la familia de leones.
Verdaderamente este es el viaje donde más niños hemos visto. Un safari africano es una manera divertida de conocer la naturaleza. Se piensa en los peligros y la gente casi no se atreve a venir, ¡como para viajar con niños!. Aunque en Moshi (Kilimanjaro) y Arusha no vimos ningún niño, Tanzania estaba lleno de familias enteras disfrutando de los Parques nacionales: daneses, holandeses, alemanes , americanos, australianos.
Además de este fenomenal comienzo, pudimos ver en este corto tiempo que nos dejaba el primer día, hipopótamos, cocodrilos, todo tipo de aves y una puesta de sol única y limpia, como solo se puede ver en África.
Después de esta primera incursión nos llevaron al hotel.











El Seronera Wildlife Lodge es una construcción integrada entre grandes rocas de granito y con grandes espacios abiertos, situada en el mismo corazón de P.N. de Serengeti, por lo que esta rodeado de Bufalos, hienas, monos…
Ese día nos duchamos con agua fría ya que no había agua caliente ese día ni el siguiente, no sabemos porqué. Fue el único hotel donde esto nos pasó, si bien es verdad que en el Ngrongoro Wildlife solo a partir de las 6 de la tarde había agua caliente.
Después esta ducha fría no fuimos a cenar al magnifico comedor con grandes ventanales a la sabana, aunque en ese momento no se apreciaba por que era de noche.
El buffet libre del hotel estaba muy bien, mucha, buena y variada comida. Además nada más entrar al comedor con mesas muy acogedoras a la luz de las velas, amenizaba la cena un quinteto de músicos percusionistas con un ritmo de tambor sugerente y en creciente frenesí, que creaba una atmósfera muy especial en medio de la sabana. Para todos esta parte del viaje se hacia mucho más cómoda aunque no hubiéramos imaginado cuanto. Para Miguel y para mi, esto de viajar en todoterreno todo el día viendo maravillas de la naturaleza y el descanso que suponía el Lodge después, era todo un deleite comparado con nuestra vida dura, austera pero imborrable en el Kilimanjaro. Para Marga, Pablo y Hugo era un cambio de registro después de 4 días en Moshi, aunque hubieran realizado un safari en Arusha Park, se habían tenido que buscar a vida por el pueblo, una mujer sola con dos niños de 12 y 6 años. Aquí estaba todo hecho, la naturaleza era verdaderamente exuberante y los Lodges resultaron muy cómodos.





























Los wildlife son un tipo de Lodges que están por detrás en categoría de los Serena o los Sopa lodge, pero siguen siendo de muy buen nivel a precios bastante mejor que los otros, todavía dentro de una aceptable categoría pero sin lujos.Nosotros quisimos alojarnos en lodges por comodidad para los niños y como una mayor protección de los más peques contra la malaria.
Los wildlife además tenían una ventaja, al ser unos hoteles que pertenecen al estado tanzano, están siempre situados en los mejores sitios posibles de los Parques, de esto daré fe con las fotos.
Después de cenar nos fuimos a explorar el hotel y entre otras cosas vimos que tenía su propia fauna: Por todo el hotel se podían ver unos animalitos parecidos a las marmotas llamados damán, Pablo y Hugo se pasaban los ratos libres contemplando a estos animales que estaban en todas las zonas ajardinadas del hotel y sobre todo encima de las rocas. Solian apelotonarse en grupos de 5 a 10 miembros, muchas veces unos encima de otros o lomo con lomo.
Otro de los miembros que frecuentaba los jardines del hotel era el lagarto agama agama ( si dos veces), un lagarto de rojo y morado muy espectacular que mueve la cabeza de arriba abajo. A este último le dedique una sesión fotográfica entera puesto que me pareció fascinante. También abundaban alrededor de hotel y por sus tejados, monos vervet, estos eran muy entrometidos e incluso aconsejaban en el hotel cerrar las ventanas de las habitaciones porque podían entrar a las mismas.
Cuando nos fuimos a dormir tuvimos que echar mano de las mantas y al día siguiente tuvimos que pedir alguna más. Las habitaciones son austeras pero están bien y tienen un tipo de ventilación (aparte de los grandes ventanales) un tanto especial, con un as rejillas grandes encima de la puerta que hace que por la noche entre bastante el fresco.
Tengo que aclarar que no se debe olvidar como mínimo en el equipaje un pantalón largo, calcetines, botas o zapatillas de treking, forro polar mejor que sudadera y un chubasquero o similar.
Fui testigo en más de una ocasión a primera hora de la mañana y a última de la tarde, como alguna gente pasaba bastante frío al desayunar o cenar en sandalias y pantalón corto.




A PRIMERA HORA DEL DÍA Y DE LA NOCHE BAJA MUCHÍSIMO LA TEMPERATURA.
De hecho en julio, por lo menos en Serengeti y Ngorongoro, tampoco hace excesivo calor por el día.
En Tarangire y Lago Manyara la cosa cambia.
A las 7:30 de la mañana del día siguiente Lodgardo y Salín nos esperaban a la puerta del Lodge para realizar el siguiente y más largo recorrido en el Serengeti.
Este día resulto especialmente completo, para ello habíamos pedido en el hotel los pack lunch para no tener que volver hasta la última hora de la tarde.
Nos hartamos de ver jirafas, gacelas thonson, hipopótamos, monos babuinos, avestruces, leones, leonas, hienas, topi, impalas, además de multitud de aves como Alcaudones, abejaruco chico, bandadas de lovebirds, buitres, halcones, escarabajos rarísimos, las acacias grandiosas, en fin un torrente de sensaciones.
Incluso tuvimos la suerte de ver como dos cebras estaban siendo devoradas por leonas, y un poco más allá un león esperaba su momento..
Por la tarde después de parar a comer pudimos observar una secuencia espectacular, además en ese momento solo estaba nuestro coche. Los cinco asomados por la parte de arriba del todoterreno apenas nos atrevíamos a susurrar. Una leona se iba aproximando a una manada de oribis ( pequeño antílope de unos 70 cm de altura) por su trasera, iba agazapada por detrás de unas plantas, sigilosa por momentos parecía que iba de puntillas, se fue acercando a 15 metros de una que seguía comiendo hierba, de repente la leona casi agachada se arranco a toda velocidad y toda la manada echaron a correr, la persecución se acabo por detrás de unos cañaverales y todo quedó quieto y en silencio. No pudimos ver el desenlace de aquella secuencia tan trepidante, pero imaginamos que la leona atrapo a su presa, ya que los demás oribis dejaron de correr a escasos 50 metros y siguieron con la tranquilidad pasmosa que da el saber que el plato estaba servido.
Dos días increíbles que colmaron nuestras expectativas en Serengeti. Uno lee mucho antes de venir a Tanzania, y piensas si lo que está por ver estará a la altura de lo esperado. Puedo asegurar que Serengeti y Tanzania supera con creces cualquier previsión.

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